domingo, 18 de agosto de 2013

Cuento Corto: La Madre Moribunda








La pobre madre estaba moribunda. En todas direcciones habían salido telegramas llamando a sus hijos junto a su lecho. 

Buscando los más veloces medios, volaban ansiosamente estos jóvenes, deseando y rogando que la vida de la querida enferma fuese prolongada hasta su llegada. "¡Oh Señor, que lleguemos a tiempo para dar una última mirada, un último apretón de manos, una última caricia!"

Llegaron, en silencio se reunieron alrededor de su lecho. Miraban esas manos gastadas que tanto trabajaron por ellos, la frente surcada de arrugas a causa de la diaria tarea por los suyos, los ojos en los cuales nunca vieron más que cariño y dulzura. No pudieron evitar la angustia de sus corazones, ni acallar un sollozo.

Inclinándose el mayor, besó la cara de la anciana y le dijo: Madre querida, tú has sido tan buena con nosotros que queremos decirte cuánto te amamos y agradecemos.

Los ojos casi cerrados ya, se abrieron y su rostro se iluminó: Gracias, hijo, me conmueve saberlo, nunca me lo dijiste antes, fueron sus últimas palabras.

La moraleja de este triste relato es muy sencilla: si amas a tu madre, ve y dícelo hoy. No esperes hasta mañana, pudiera ser tarde.

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