jueves, 1 de agosto de 2013

Testimonio: La Noche que Pude Abrazar a Dios


Testimonio: La Noche que Pude Abrazar a Dios





Una noche, mientras conversaba con mi Padre Celestial, senti un fuerte deseo de dejarle saber cuanto lo amaba, pero no encontraba la manera de hacerlo porque no importaba cuantas palabras le decia, sentia que no era suficiente.  

Queria tocarlo, queria literalmente abrazarlo.  Busque toda forma de hacerlo, pero la necesidad persistia, no se como explicarte, pero era como un deseo que nacia desde mi interior, una necesidad de amarlo con todas mis fuerzas.  Le pregunte al Señor, dime Padre mio, como puedo tocarte?  Como Padre mio, dime, porque ningun libro de teologia me lo ha podido enseñar, ensañame tu, tu que todo lo sabes, enseñame a amarte.


Mientras continuaba orando, senti como el Espiritu de Dios me llevaba a mi interior, como me permitia que yo reconociera sin fingimientos, sin palabras disfrazadas, quien era yo.  Y asi, pude derramar mi alma a sus pies, sin guardar nada, reconociendolo todo, aceptandolo todo, sin excusas, sin mentiras, sin tratar de impresionar a Dios o persuadirlo.  Mientras esto sucedia, senti algo que nunca habia sentido, senti unos brazos que me envolvian, pero unos brazos que no tenian final, que no dejaban espacios vacios.  Yo no lo estaba abrazando a el, sino el me estaba abrazando a mi, pero la necesidad de amarlo se calmaba, sentia como el recibia mi amor, mi calor, pero mis fuerzas ya no eran mias, sino el se convirtio literalmente en mis fuerzas.  

Que momento tan especial para mi vida fue el de esa noche.  Con momentos asi no importa cuantas veces el hombre se levante en mi contra o cuantas palabras salgan de bocas extrañas hiriendo mis sentimientos, momentos como el que vive aquella noche me llenan para poder bendecir aun al que se atreve a maldecirme. 

EL ES QUIEN PERDONA TODAS TUS INIQUIDADES, EL QUE SANA TODAS TUS DOLENCIAS; (Salmo 103:3)

No hay comentarios:

Publicar un comentario